10/15/2009

11 de Octubre: Ultimo dia de América Libre

Asi se conmemoró en Rio Cuarto El Último Dia de Libertad. Con la participación activa de la gente de El Hormiguero,Wichanranquen,Líbero Pierini, bandas en vivo y la gente que se unió a la emotiva ceremonia de conmemoración.
La historia de Río Cuarto no estaría completa si no hacemos referencia a quienes habitaron estas tierras, antes y después de la llegada de los que fueron denominados conquistadores, descubridores, civilizadores o invasores. Según hallazgos arqueológicos encontrados, con una antigüedad de más de 8.000 años, otras culturas de las que poco se sabe, poblaron la región antes que los comechingones en las serranías vecinas y antes que los pampas en la llanura que se extiende entre los ríos Tercero y Quinto. Aquellos pueblos primitivos desaparecieron sin conocerse las causas.
Existe bibliografía muy interesante sobre la raigambre indígena de nuestra historia, que nos dice sobre aquellos seres humanos, riocuartenses que habitaron este suelo, que lo amaron y lucharon para defenderse del invasor.
Los ranqueles vivían en una extensa región central del país, a la que le daban el nombre de Mamuelmapu o Mamül Mapü que en su lengua significa “país del árbol” o “país del monte”, que abarcaba buena parte de la actual provincia de La Pampa y extremo sur de Córdoba y San Luis, con una superficie aproximada de 3.700 leguas cuadradas.De acuerdo a las fuentes obtenidas por Carlos Mayol Laferrere, el nombre Ranquel parece derivar de ranquil, región geográfica de Neuquén, hábitat de algunas tribus pehuenches. A su vez, ranquil en voz mapuche, corruptela de rauca o rancul, usada por los indígenas para designar a la cortadera o paja de penacho, una gramínea que crece en lugares húmedos a orillas de los ríos y costas de los arroyos.
“...Los conquistadores impusieron los inhumanos regímenes de explotación y servidumbre conocidos bajo el nombre de encomiendas, mita y yanaconazgo; los que en poco tiempo, diezmaron la población aborigen”
“...Han pasado más de 100 años desde que concluyeron las guerras contra el indio y el mejor reconocimiento de la deuda moral que pesa sobre todos nosotros está reflejada en la Constitución Nacional, reformada en 1994, en el artículo 75, inciso 17: Corresponde al Congreso: reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que lo afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.

“...¿Qué hubiera pasado si se aplicaba esta sabia receta 150 años atrás?”.

5/04/2009

Un espacio dormido... Un espacio despierta

Casa Cultural El Hormiguero es la confluencia de personas provenientes de diversos ámbitos, movilizadas por el anhelo de generar nuevos espacios de encuentros en lo que respecta a la educación, la cultura y actividades sociales.

Quienes hacemos a la diversidad de este espacio somos artistas plásticos, músicos, actores, trabajadores, estudiantes, madres y padres de familia, etc. Que no implica la suma de individuos sino la comunión de las diferentes experiencias que cada uno trae y comparte.

Ante la necesidad de concretar esta búsqueda decidimos recuperar un edificio público abandonado por el estado por más de nueve años, ubicado en la calle Arroyo Piedras Blancas s/n. Este lugar se encontraba en condiciones deplorables, terrible estado higiénico y con un deterioro edilicio propio del saqueo, del abandono y agravado por las actividades ilícitas a las cuales el inmueble estaba expuesto.

Para realizar esta recuperación se fue convocando cada día un número creciente de voluntades que a través del trabajo comunitario fuimos reconstruyendo el lugar para ponerlo nuevamente al servicio de la comunidad.

La razón que nos incita a realizar todo este trabajo es el anhelo de empezar a vivir concretamente, como dicen los zapatistas, “un mundo donde quepan todos los mundos”. Para ello necesitamos repensar lo establecido y animarnos a reinventar formas de relacionarnos, de conocer, de sentir, de participar, de comprometernos y de aprender.

Para empezar a transitar este camino, nos propusimos varios objetivos específicos, el primero de ellos fue encontrarnos y reconocernos en nuestra condición de pares, integrando toda la diversidad y estimulando la creatividad individual y grupal. Una vez lograda esta meta, el siguiente paso fue practicar y crear nuevas formas de organización, considerando a la asamblea como herramienta fundamental para la toma democrática de decisiones

De las convicciones en común del grupo, debatidas en asamblea, se revelaron dos pilares fundamentales para nuestro proyecto, estas son, en primera instancia, apuntar a la educación como la base de toda transformación social consciente, proponiendo este espacio como un lugar de intercambio permanente, donde a partir de la reflexión cotidiana y la resignificación de valores podamos replantear la situación de la misma en cuanto a sus prácticas y contenidos, como asi también nos proponemos brindar una igualdad de oportunidades donde lo económico no sea un condicionamiento para el acceso al conocimiento.

Y en segundo lugar, reivindicar el arte social, el arte como canal de expresión cotidiana abierto a todas las personas, un arte participativo y popular. Sabiendo que cada uno es un ser creativo y con mucho para manifestar, porque creemos que de esta forma se promueve el pleno desarrollo personal y la interacción pacifica.

Como no recibimos ayuda económica de ningún tipo, nuestra única salida para llevar a cabo las diferentes actividades propuestas, es practicar la autogestión, la cual nos impulsa a organizarnos conjuntamente para recaudar fondos. Unas de las formas para obtener ingresos fue la producción y venta de empanadas, rifas, muestras culturales a la “gorra” y demás experiencias de trabajo colectivo. A esto se suma notablemente la gran cantidad de donaciones de materiales necesarios para la reconstrucción y restauración del edificio, lo cual nos demuestra una gran simpatía, tanto de vecinos del lugar como de la sociedad en general.