5/04/2009

Un espacio dormido... Un espacio despierta

Casa Cultural El Hormiguero es la confluencia de personas provenientes de diversos ámbitos, movilizadas por el anhelo de generar nuevos espacios de encuentros en lo que respecta a la educación, la cultura y actividades sociales.

Quienes hacemos a la diversidad de este espacio somos artistas plásticos, músicos, actores, trabajadores, estudiantes, madres y padres de familia, etc. Que no implica la suma de individuos sino la comunión de las diferentes experiencias que cada uno trae y comparte.

Ante la necesidad de concretar esta búsqueda decidimos recuperar un edificio público abandonado por el estado por más de nueve años, ubicado en la calle Arroyo Piedras Blancas s/n. Este lugar se encontraba en condiciones deplorables, terrible estado higiénico y con un deterioro edilicio propio del saqueo, del abandono y agravado por las actividades ilícitas a las cuales el inmueble estaba expuesto.

Para realizar esta recuperación se fue convocando cada día un número creciente de voluntades que a través del trabajo comunitario fuimos reconstruyendo el lugar para ponerlo nuevamente al servicio de la comunidad.

La razón que nos incita a realizar todo este trabajo es el anhelo de empezar a vivir concretamente, como dicen los zapatistas, “un mundo donde quepan todos los mundos”. Para ello necesitamos repensar lo establecido y animarnos a reinventar formas de relacionarnos, de conocer, de sentir, de participar, de comprometernos y de aprender.

Para empezar a transitar este camino, nos propusimos varios objetivos específicos, el primero de ellos fue encontrarnos y reconocernos en nuestra condición de pares, integrando toda la diversidad y estimulando la creatividad individual y grupal. Una vez lograda esta meta, el siguiente paso fue practicar y crear nuevas formas de organización, considerando a la asamblea como herramienta fundamental para la toma democrática de decisiones

De las convicciones en común del grupo, debatidas en asamblea, se revelaron dos pilares fundamentales para nuestro proyecto, estas son, en primera instancia, apuntar a la educación como la base de toda transformación social consciente, proponiendo este espacio como un lugar de intercambio permanente, donde a partir de la reflexión cotidiana y la resignificación de valores podamos replantear la situación de la misma en cuanto a sus prácticas y contenidos, como asi también nos proponemos brindar una igualdad de oportunidades donde lo económico no sea un condicionamiento para el acceso al conocimiento.

Y en segundo lugar, reivindicar el arte social, el arte como canal de expresión cotidiana abierto a todas las personas, un arte participativo y popular. Sabiendo que cada uno es un ser creativo y con mucho para manifestar, porque creemos que de esta forma se promueve el pleno desarrollo personal y la interacción pacifica.

Como no recibimos ayuda económica de ningún tipo, nuestra única salida para llevar a cabo las diferentes actividades propuestas, es practicar la autogestión, la cual nos impulsa a organizarnos conjuntamente para recaudar fondos. Unas de las formas para obtener ingresos fue la producción y venta de empanadas, rifas, muestras culturales a la “gorra” y demás experiencias de trabajo colectivo. A esto se suma notablemente la gran cantidad de donaciones de materiales necesarios para la reconstrucción y restauración del edificio, lo cual nos demuestra una gran simpatía, tanto de vecinos del lugar como de la sociedad en general.